Algunas plantas de pellets comienzan su proceso poniendo grandes pedazos de madera en una máquina de astillado para su procesamiento. Estos sólo son necesarios para los molinos que aceptan esta materia prima no uniforme.
Existen muchas configuraciones diferentes para las plantas de fabricación de pellets dependiendo de su fuente de materia prima. Si bien no todas y cada una tienen astilladoras, prácticamente todas tienen un molino de martillo al comienzo de su proceso de molienda.
Estos molinos hacen que los materiales pasen a ser mucho más manipulables, de esta forma en el momento de secar y prensar el pellet mediante la matriz el proceso es considerablemente más fluido y homogéneo.
En las plantas de pellet es necesario secar el serrín a niveles de humedad inmejorables a fin de que el producto final sea de la máxima calidad. Los contenedores de secado usan distintos métodos para su funcionamiento, como pueden ser el gas natural o bien la electricidad.
Cuando el producto ya tiene una humedad perfecta pasa por unas matrices de gran potencia. Acá es donde el serrín toma temperatura y expulsa los líquidos naturales de la madera, haciendo que el pellet se apelmace en su forma final, siendo muy importante esto puesto que afectará directamente en el desempeño del pellet.
Cuando acaba el proceso en el molino el pellet tiene una temperatura de unos 260 grados, es llevado a unos tanques donde se enfría y endurece. Cuando ya está en perfectas condiciones, se almacena en unos depósitos para su siguiente ensacado y venta.
Lo más habitual en el momento de distribuir el pellet es el formato de saco de veinte Kg, puesto que resulta mucho más cómodo de manejar. Otra de las formas es guardarlo en sacos de mil kilogramos. La distribución se puede hacer a nivel nacional, cargando grandes camiones y su posterior venta en formatos más reducidos.
Desde los depósitos de almacenamiento en las plantas de pellet, se cargan los camiones para la distribución del material por todo el territorio. Este transporte es algo más costoso, más garantiza que el producto final llegue en perfectas condiciones a su destino.
En nuestro país, prácticamente todo el pellet proviene del serrín sobrante de las serrerías. Una sola serrería puede ser el único proveedor para una planta de pellet.
A los árboles se les quita la corteza ya antes de ser transformados en madera, por lo que hay poquísima suciedad o bien corteza en el aserrín, creando un pellet de color muy claro, limpio y bajo en cenizas con peculiaridades de combustión consistentes.
Conforme la demanda de madera cambia con la economía, la oferta del serrín puede subir o bajar. Asimismo, hay otras industrias que compiten por ese serrín, lo que puede afectar en buena medida el precio.
Muchos molinos también son empresas de pisos de madera y muebles, que utilizan su flujo de residuos para los pellets de madera. El pellet puede ser de una sola especie de árbol, una mezcla de madera blanda o bien una mezcla de madera dura.
En otros puntos, algunos aserraderos consiguen su material de compañías madereras que trabajan con madera dura, mientras que otros aserraderos trabajan con empresas madereras para asistir a adecentar los montes usando madera no capaz para el uso comercial.
Estos son algunos pequeños ejemplos de dónde proceden los pellets de madera entre otras muchas fuentes diferentes. También hay pellets hechos de productos de residuos agrícolas y forraje de los campos.
Algunos de estos pellets tienen un contenido de residuos levemente más alto, pero proporciona una fuente mucho mayor de materiales. De año en año hay más fabricantes de pellets que comienzan a generar comburente a partir de algunas de estas fuentes no tradicionales, a medida que nuestra industria prosigue encontrando respuestas para reemplazar el combustible fósil como fuente de combustible.